Las Furias

Las Furias se llamaban Euménides o Ernias. Eran divinidades infernales que personificaban los remordimientos.
Se las consideraba hijas de la Tierra o de la Noche y se las creía anteriores a Júpiter y a los dioses olímpicos.
Hay mitologos y enciclopedias que aseguran que las Furias eran hijas de Plutón y Prosperina. Pero Hay en mitología mucho para saber todavía.
Igual que las parcas, con las que las une cierta común relación, también fueron trs y se llamaron: Megera, (la envidia), Alecton (el Furor) y Tisifone (el Remordimiento).
La primera de estas tres divinidades retorcidas, llamada Megera, estaba encargada de la encantadora tarea de atormentar a las almas en el postrer momento de la vida.
La segunda, llamada Alectón, tenía entre sus atributos la venganza, la guerra y la peste.
Y la tercera, llamada Tisifone, castigaba los homicidios y castigaba con su látigo a los reos. En fin, esta era una sadista.
El crimen que con mas severidad se castigaba era la desobediencia a los parientes. Aunque los parientes fueran unos brutos.
Pero la severidad que empleaban en sus castigos se justificaba cuando era: por irreverencia a la vejez, la violacion de las leyes de la hospitalidad, y la crueldad con los humildes y suplicantes.
Usaban alas para ir rapidamente de un sitio a otro.
Tenían serpientes enroscadas entre sus cabellos.

Las Parcas

Las Parcas personifican el inexorable destino de cada ser humano.
Se llamaban Cloto, Laquesis y Atropos.
Eran hilanderas y el hilo que tocan las manos de las tres hermanas simboliza el conjunto de momentos en que cada existencia se compone.
Cloto, Laquesis y Atropos trabajan sucesivamente pero es una sola la que está hilando y ésta es Laquesis.
Cloto tiene el copo y atropos corta a su arbitrio el hilo que nadie puede remendar una vez cortado.
Las parcas son las encargadas de proteger al ser humano desde la cuna al sepulcro y las que han de ir formando el hilo de su vida. El universo esta sometido al capricho de Atropos, roguemos para que no tenga un ataque de histeria.
Las parcas habitaban en el tenebroso Tártaro y allí realizaban las tareas de asesoras del monarca de los infiernos.
Se las representa en grupo. A veces, jóvenes, y a veces viejas, pero siempre malditamente hilando.