viernes, 20 de agosto de 2010

Baco / Dionisios

Baco, (Dionisios en Griego)es el fruto de los amores de júpiter con Semele, hija de Cadmo, rey de Tebas, pero como ésta era una simple mortal, murió abrasada por los rayos de su divino amante.
Recogió Júpiter de las entrañas de Semele a Baco y para terminar de fecundarlo lo sepultó en su muslo, y así volvió a nacer completamente formado.
Esta leyenda contiene la idea del culto de Baco que es ante todo el dios del vino, personificandose Semele probablemente en la tierra, y, las ninfas que cuidaron la infancia del dios representaban las nubes y las lluvias bienhechoras.
Baco o Dionysos pasó su infancia con las ninfas de Nysa.
Las musas también contribuyeron a su educación.
Su nacimiento accidentado se debió a la venganza de la celosa Juno.
Esta barroca de Juno, aconsejó a la pobre Semele que si quería cerciorarse y estar segura de que Júpiter la amaba, le suplicara a este dios el que se presenta ante ella como lo hacía ante su divina esposa, y, así lo hizo Júpiter muriendo abrasada la ingenua Semele, salvándose Baco por voluntad de su divino padre.
En las laderas del Monte Nysa pasó Baco su niñez, entre bellas ninfas, coronado de pámpanos y laurel, alegrando con exclamaciones y canciones amorosas y teniendo por coro a las ninfas.
En su juventud le atacó una especie de locura.
Sileno, su ayo y preceptor en vista de esto consultó el oráculo, aconsejó a Baco y se curó.
Luego, Baco, emprendió largos viajes alrededor de la tierra y donó el vino a los mortales.
En uno de sus viajes concedió al rey Midas, por haber tratado bien a su protector Sileno, la virtud de cambiar lo que tocara en oro.
Pero Midas se arrepintió de su desmesurada ambición y convencido que con tantos tesoros no podía comer, pues cuanto tocaba se convertía en oro, rogó a Baco que le devolviera su estado primitivo.
Entonces Baco lo mando bañarse en el río Pactolo. A éste río le quedó después la facultad de convertir las cosas en oro.
Baco se enamoró de Ariadna a la que su esposo Teseo había abandonado en la isla de Naxos, y la tomó por mujer.
Ariadna se representaba como la compañera de Baco.
Se le representa a Baco comunmente con cuernos que es símbolo de poder y fuerza.
Siempre está coronado de pámpanos, hiedra e higuera, con la fisonomía de un hombre alegre, satisfecho y sonriente.
Sus ojos son negros y la cabellera es rubia, cayendo sobre sus hombros en trenzas que tienen reflejos de oro.
Tiene en su mano un racimo de uva y un cuerno en forma de copa y en la otra mano un tirso rodeado de follaje y cintas.
Es casi imberbe, pues tiene igual que Apolo el don de la juventud eterna.
A veces está sentado en un tonel, pero otras veces lo representan encima de un carro tirado por tigres o panteras y a veces por centauros, uno de los cuales toca la lira y los otros la flauta doble.
En monumentos antiguos aparecía con cabeza de toro.
En algunas medallas, está de pié, barbudo y en actitud triunfal, con una vestidura que le llega hasta los pies.
Una de las más hermosas estatuas que existen de él, está en francia en el museo del Louvre.
Se le sacrificaba la urraca porque el vino desata las lenguas. También se le sacrificaba la liebre y el macho cabrío porque estos animales se comen el retoño de la vid.
Entre los animales fabulosos le estaba consagrado el Ave Fénix y los cuadrúpedos, la pantera.
Se le consagraba entre las plantas: la viña, la hiedra y el abeto.
En Arcadia había un templo en su honor en el que se flagelaba cruelmente a las jóvenes. Pero a ellas debía gustarles sinó no irían. El masoquismo popular se repite siempre a través de la historia y de todas las religiones con distintas formas de flagelantes, pero en definitiva, siempre gozando, excitándose con el dolor.
Las "dionisíacas" así se llamaban las fiestas de Baco, se celebraban oficialmente en Atenas con más entusiasmo que en el resto del país de Grecia.
Siempre presidía el primer arconte.
La gente hacía procesiones llevando trisos, vasos llenos de vino, coronas de vid y de pámpanos y mostraban en todas clases de medidas los atributos de Baco.
Dos jóvenes llamadas "canéforas", llevaban sobre sus cabezas canastitas doradas y, dentro de éstas, frutas y serpientes.
Los hombres se disfrazaban y se emborrachaban.
De estas fiestas nacen el Teatro y los Carnavales.
En Roma se celebraban fiestas liberales en honor de Baco, en éstas la licencia y la lujuria se hacían dueñas de la ciudad.
Las matronas romanas no trepidaban en esos días lanzándose a las más deshonestas actitudes y los caballeros se dedicaban en esos días a las experiencias sexuales más insultantes para la dignidad humana.
Lo notable en estas fiestas es que las libaciones se realizaban, como en las de Mercurio, con vino aguado, mientras que en las de los otros dioses se hacían con vino puro.
El culto a Baco Dionisios fué introducido muy tarde en Grecia, muy posterior al de los grandes dioses; parece ser que fué importado a Grecia desde la alta Asia o desde Egipto.

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