miércoles, 4 de agosto de 2010

Venus / Afrodita

De la sangre de Urano caída sobre la espuma del mar, nació Venus (Afrodita en griego).
Le sirvió de cuna una enorme concha marina que arrastrada por los céfiros llegó a la orilla en donde, al pisar tierra, las plantas florecieron al pisarlas ella y los árboles dieron frutos cuando ella los contemplaba.
Todos los moradores del líquido elemento celebraron su nacimiento y Tritones y Nereidas quedaron asombrados de su belleza.
Peitho (la Persuasión) la recibió en la orilla con gran alegría y las Gracias le ciñeron el fabuloso cinturón que había de dotarla del don de fascinar a dioses y mortales.
Las horas le guiaron al Olimpo y Júpiter la adoptó por hija pretendiendo que su hijo Vulcano la tomara por esposa.
En un principio su poderío no estuvo, como después, limitado al corazón del hombre, sino que abrazaba la naturaleza entera, y por ella germinaba todo sobre la tierra.
Era la diosa del amor.
Tenía también cierto domino sobre el mar y en ocasiones imperaba en el mudable y voluntarioso elemento, bastando su mirada para calmar el furor de las olas.
Pero, sobre todo, ayudaba toda empresa de amor y cuando el escultor desengañado de las cuestiones del corazón femenino, cinceló en marfil una virgen de la que se enamoró, Venus animó a la prodigiosa escultura para que Pigmalión el escultor desengañado, satisficiera en ella sus ansias amorosas y es, gracias a los buenos oficios de Venus, el que el gran Pigmalión se reconciliara con la mujer y con el amor. De este mito proviene el delicioso ballet “Copelia” que lleva música de Delibés, pero cambiando el argumento y haciendo de Pigmalión a un juguetero. También Hoffman y otros escritores tocaron este tema, entre ellos los clásicos griegos primero y en nuestro tiempo Grau y Shaw.
La diosa Venus sintió un súbito y violento amor por Adonis, hijo de Mirra, pero Marte enamorado también de Venus, encendió en el pecho de su rival el ardor combativo y fue muerto por un jabalí que trató de cazar.
Tres versiones distintas se dan de Venus, como son tres las especies del amor: celeste uno, que significa casto; vulgar o sensual el etro, y desordenado el tercero.
La jerarquía que gozaba Diana como diosa Fue corrompiéndose y llegó a ser la prostitución el símbolo de su deidad.
A las características de la Venus romana se agregaron después las más complejas de la Afrodita helénica.
A Marte y Venus progenitores de la estirpe de los Julios, quedaron confiados los destinos del imperio romano.
Y Venus, que en un principio fue diosa de la vegetación y de la Primavera, terminó siéndolo de las gracias femeninas y del amor sensual.
Por esto es que fue representada en varias formas.
Tanto en Grecia como en Roma tenía varios templos consagrados a ella y en su honor se celebraban grandes fiestas.
En Roma se le consagraba todo el mes de abril.

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